
Es un tema que supera desde todo punto de vista, y es tal la indignación que genera lo que leémos , escuchamos o vemos a diario , que me niego a que el tema sea compartir la imagen de sus cuerpos destrozados, ( una masacre que conocemos demasiado) , me niego a entender el por qué la comunidad internacionalo hace oídos sordos......Me niego a la "conveniencia" de medir palabras,que uno no mide (porque ni puede ni quiere ) .
Por eso y como siempre sucede en casos en que nos quedamos sin saber( por saber demasiado que queremos decir), lo mejor es detenerse un instante ,hacer silencio que de paso a que hablen los poetas,los que saben de ternuras ...Para que al menos entre tanta muerte y entre tanta crueldad les acerquen un poco de aire puro, a ellos que no merecen este mundo viciado y miserable que les damos los grandes y en el que deben tratar de sobrevivirnos.
Al autor de este texto , el gran Hamlet Lima quintana , solo me permito decirle ....
Ojalá así sea poeta, ojala algún día estos chicos nuevamente canten pero dudo y mucho que puedan perdonarnos!
Los niños....
Los niños tienen el más antiguo
conocimiento de la sangre.
Pueden hacer una flor con sus sentidos
y diagramar un sueño
cuando nosotros diagramamos la mentira.
Juegan a la verdad como quien juega con el fuego,
sólo que ellos no se queman las manos
y andan desocupados de la muerte
de tan ocupados que andan por hacer la vida.
A veces se distraen, pierden el tiempo,
se aventuran por caminos que se inventan
y que no van a ningún lado,
porque ellos saben que esos caminos
están, precisamente, para perder el tiempo
y no para llegar a otra comarca.
Pero lo más hermoso de los niños
es que, también a veces, nos miran con ternura
y con el más antiguo conocimiento de la sangre,
se ponen a cantar y nos perdonan.
conocimiento de la sangre.
Pueden hacer una flor con sus sentidos
y diagramar un sueño
cuando nosotros diagramamos la mentira.
Juegan a la verdad como quien juega con el fuego,
sólo que ellos no se queman las manos
y andan desocupados de la muerte
de tan ocupados que andan por hacer la vida.
A veces se distraen, pierden el tiempo,
se aventuran por caminos que se inventan
y que no van a ningún lado,
porque ellos saben que esos caminos
están, precisamente, para perder el tiempo
y no para llegar a otra comarca.
Pero lo más hermoso de los niños
es que, también a veces, nos miran con ternura
y con el más antiguo conocimiento de la sangre,
se ponen a cantar y nos perdonan.
( Hamlet Lima Quintana).
En distintas formas. La llanura, 1981.
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