11/5/19

Carlos Mugica , sonrisa y guiño | Confesiones, el abate Pierre, la oligarquía y Carito

Pasadas las 8 la noche, el padre Carlos,  a quien los pobres le confiaban sus deseos, y los idealistas sus sueños , se retiraba de la iglesia de San Francisco Solano, donde había celebrado misa, alguien lo llama por su nombre, se da vuelta para mirar y recibe cinco disparos, de ametralladora .El padre Vernazza, salió de la iglesia al oír los disparos, corrió a darle la unción y lo llevaron al hospital , (Mugica alcanzó a sonreírle y guiñarle el ojo)...No convenía, molestaba a ajenos y mal llamados "propios" , su vereda era la correcta, contrariamente a la de sus asesinos ...  Bienaventurado aquel que tenga el descanso y el amor eterno de su pueblo y no un lugar de privilegio en el "Altar de la patria"





 1974 época conflictiva y complicada pero también cargada de idealismo, queríamos cambiar el mundo, lo seguimos intentando,  mientras otros solo tomaban  la frase como si fuera moda, 
los  judas  merodeaban (demasiado cerca) camuflados de válidos, desde la cobardía de tres nefastas letras, principales sembradores de terror y odio, dando pié a la noche larga y negra que llegaría más tarde y lo que es peor ,amparados en una democracia en la que jamás creyeron y a la que jamás respetaron.
Las décadas seguidas mantuvieron la coherencia  en muchos,  en otros, el paso del tiempo los expuso.
Tu gente, aquella bien de abajo de la cual elegiste ser parte, nunca dejó de recordarte, el resto te debía un homenaje  y en 2015 de la mano de un gobierno decidido  pero además comprometido, llegaba tu figura para mirar  nuestros pasos, desde la Av. más emblemática de esa villa, la  31, que es  tu lugar en el mundo.
Se saldaba  una parte de la gran deuda que tenemos con vos (y lo que falta , ya no es algo que podamos hacer nosotros), solo quienes toman  las medidas necesarias y muestran voluntad de llevarlas adelante (y se nota  que desde hace casi 4 años ... no quieren  para nada),retrocedimos  en el tiempo con un cambio que más que aire fresco , trajo  nuevamente  miseria e injusticia social.
Aquella frase que dijiste hace tantos años, definiría  el presente de manera perfecta .

 "Es cierto que a la oligarquía la conozco de adentro y sé, efectiva, concretamente, cuales son sus corrupciones" 

Carlos Mugica, digno representante de  aquellos que nos despiertan ganas de acercarnos , el cura humilde, sencillo, peleado y crítico de su propia iglesia. 
Ese al  que los pobres le confiaban sus  deseos, y los idealistas sus sueños y quien desde el llano ,nunca subido a un púlpito, levantaba fusiles de palabras en contra de los opresores ,siempre cerca de los oprimidos.
El que sabía que lo valioso era construir el  movimiento de sacerdotes tercermundistas.
Esa frase en tu final ....“Ahora más que nunca tenemos que estar junto al pueblo", recobra tanta vigencia  que asusta y duele que así sea, (obviamente con las diferencias que corresponden  y dejando claro que se habla de otro tipo de riesgo , no de grupos armados, ni comandos), pero si de  revanchas, entregas, injusticias ,persecución y  HAMBRE que sabemos afecta a los de siempre  y es  más que doloroso . A 45 años de un acto  cobarde, miserable y siniestro ,el curita del barro sigue pateando las calles de la villa en cada pibe, los tiros nefastos de la derecha no pudieron  con él , no hay balas que puedan con los sueños, ni balas que maten a los justos.
El que no convenía, el que molestaba a ajenos y mal llamados "propios" , el que fue masacrado un 11 de Mayo ,nunca  dejó de estar presente y mucho menos callado , ya que en cualquier lugar que se lo llame, en cualquier villa que se lo honre o  en cualquier casa que se lo nombre ,él aparece... salvo en la selecta lista de los que defienden esta argentina lastimada y que duele, como la que tanto  lastimó y dolió a Mugica. 
Creo que la mejor manera de rendirte homenaje  es con esos niños y adolescentes de la orquesta que lleva tu nombre, guardianes de tu legado ," tus villeritos" , repletos de talento , música y sueños (incluso esos, que apenas asoman del suelo , temerosos hasta de ponerse de pie para recibir el aplauso merecido , lo cual los agiganta), y ese tema especial , donde al hablar de "Carito" se habla de tantos.
El hombre seguirá siendo lobo del hombre, padre Carlos, pero no seremos presa fácil.
Bienaventurado aquel que tenga el descanso y el amor eterno de su pueblo y no un lugar de privilegio en el "Altar de la patria".  Padre Mugica,  HLVS!!!  ( 11-05-2019)


Un cura se confiesa (Entrevista 1972) *

 

Fue muchas veces señalado como un sacerdote subversivo. Sin embargo, Carlos Mugica (el polémico capellán porteño) cree respetar los mandatos de Cristo y descerraja sus iras contra "las jerarquías clericales comprometidas con el dinero, el privilegio y el desorden establecido en todo el país".
Es una ráfaga implacable, un martilleo de palabras, la lúcida coherencia que se transmite eléctricamente al gesto en esa permanente y reconcentrada actitud del que amenaza con violentar todos los esquemas -un dogma, una religión, una filosofía- pero repentinamente cede y adopta posiciones expectantes. Rubio, de ojos azules, pulóver de cuello alto y pantalones negros, no parece un sacerdote; sólo los libros que trepan por las paredes de su departamento de un ambiente, en el barrio de Palermo, en Buenos Aires, denuncian la presencia de un miembro de la Iglesia Católica.
Es que Carlos Mugica (39, profesor de teología en las facultades de Economía, Ciencias Políticas y Derecho de la Universidad del Salvador y capellán de la parroquia San Francisco Solano, en Villa Luro), a diferencia de la nueva corriente de sacerdotes católicos, prefiere ignorar ese halo paternalista, el status privilegiado que la sociedad se empecina en otorgarle, para dar de sí -espontáneamente, sin premeditación- la imagen de lo que cree ser: simplemente un hombre común, con toda la riqueza y las limitaciones de los seres humanos; a lo sumo, siente quizá con más profundidad que sus "hermanos" -palabra habitual en su vocabulario- una problemática responsabilidad, ser también mensajero de sus conflictos.
Pero esa humildad -que se refleja inflexivamente en su manera de vivir- no le posibilitó soslayar una creciente popularidad alrededor de su figura. Lo publicaron así sus declaraciones por radio y televisión ("El socialismo -espetó en una de las emisiones del programa Tiempo Nuevo, dirigido por Bernardo Neustadt, en Canal 11- es el régimen que menos contraría la moral cristiana"); lo sacaron del anonimato pronunciamientos tales como el que barbotó cuando Arturo Illia fue elegido presidente de la Nación: "Hoy es un día triste para el país -dijo Mugica el 12 de octubre de 1963-, una parte importante del pueblo argentino ha sido marginado de los comicios y será dirigido por un hombre a quien sólo votó el 18 por ciento de los electores".
El fogoso sacerdote reconoce que fue arduo el camino recorrido para que pudiera recalar, finalmente, en esas posiciones, "no extremas -defiende- sino coherentes con la actual actitud de un grupo relevante de obispos de la Iglesia Católica".

Sin embargo, cuando usted eligió ser sacerdote no enarbolaba las mismas banderas.
En efecto. Ingresé al seminario hace 18 años, en 1951, y vivía en esa época, el catolicismo individualista, fiel al slogan "salva tu alma".

¿Qué significaba para usted ser sacerdote?
Salvar mi alma, es decir: ir al Cielo, buscar la felicidad, esa que está en Dios. Evidentemente era bastante egoísta mi actitud, aunque también entonces cambió radicalmente mi vida, porque fue cuando descubrí la alegría de vivir en Dios.

¿Quién es, qué es Dios?
Definitivamente, Dios no es una idea sino alguien. Dios es una persona que se entregó totalmente a mí y se dejó matar por mí. Para mí Cristo es mi Señor, mi amigo, mi maestro, mi modelo de vida. Su entrega tiene un valor especialísimo: Dios es un ser que en lugar de servirse del hombre se pone al servicio del hombre y por eso todo hombre que da su vida por los otros sea un ateo, un marxista, o lo que fuere, ése, verdaderamente se une a Cristo.

¿Quién consolidó en usted el cambio de actitud que se atribuye?
Un sacerdote francés, el abate Pierre, de quien todavía recuerdo una frase decisiva: "Antes de hablarle de Dios a una persona que no tiene techo es mejor conseguirle un techo". Es decir que conseguirle techo a una persona ya es hablarle de Dios. No nos olvidemos que Cristo curaba a los enfermos, les daba de comer a los que tenían hambre y de beber a los que tenían sed. Y no lo hacía para que después escucharan el sermón sino porque esa es su manera de amar: agarrando al hombre por entero. Antes de ingresar en el seminario yo tenía una visión maniquea de la existencia. El alma era buena y el cuerpo malo. Eso viene de Platón, y se metió en la Iglesia con San Agustín; aún perdura esa concepción, sobre todo en lo relativo al sexo. Pero estamos viviendo un amplio proceso de liberación para desterrar esa actitud individualista del seno de la Iglesia. Antes, como muchos de mis compañeros que luego también evolucionaron, yo estaba preocupado por la salvación de mi alma. Luego empecé a preguntarme ¿por qué salvar mi alma y no mi cuerpo cuando esa división no es, precisamente, una actitud cristiana? En la Biblia no se habla nunca de alma y cuerpo; la Biblia es un libro muy carnal, muy concreto, en el cual se define al hombre como polvo que respira.

¿Qué sucede entonces cuando muere un hombre? Es decir, ¿no es su alma, según las concepciones cristianas, la que asciende al Reino de los Cielos?
Insisto en la falsedad de esa concepción dual. Ningún teólogo podrá decir nunca que, después de muerto el hombre, el alma queda flotando en algún lugar. Es una visión tonta, materialista, de la resurrección. No sabemos mucho al respecto. Toda imagen que podamos tener después de la muerte de un hombre es muy pobre. Sabemos, sí, que vivirá en Dios. Y suponemos que eso significa que va a estar presente como persona en todos los seres.

Muchos cristianos siguen aferrados a esa concepción maniquea (alma: buena; cuerpo: malo). Y aún más: persisten en adoptar la posición que usted calificó de individualista. ¿A qué se debe?

A una visión distorsionada de la realidad. El cristianismo es esencialmente comunitario. No decimos "padre mío" sino "padre nuestro". Para entender claramente esto basta con acercarse al pueblo. Estar en contacto directo con él. Cuando yo estaba en el seminario iba a un conventillo de la calle Catamarca. Allí viví algo muy especial, trascendente en mi evolución; precisamente en el contacto con los hermanos míos del conventillo descubrí lo que ahora llamaría el subconsciente de Buenos Aires. El día que cayó Perón fui, como siempre al conventillo y encontré escrita en la puerta esta frase: "Sin Perón no hay patria ni Dios. Abajo los curas". Mientras tanto, en el barrio Norte se habían lanzado a tocar todas las campanas y yo mismo estaba contento con la caída de Perón. Eso revela la alineación en que vivía, propia de mi condición social, de la visión distorsionada de la realidad que yo tenía entonces, y también la Iglesia en la que militaba, aunque ya por esa época muchos sacerdotes vivían en contacto directo con su pueblo.

¿Qué papel supone usted que jugó la Iglesia en ese momento?
Pienso que entonces algunos sectores de la Iglesia estaban identificados con la oligarquía. No digo que la Iglesia volteó a Perón sino que contribuyó a voltearlo. Pero pienso que también había deterioro en las filas peronistas. Creo que el peronismo perdió fuerza revolucionaria desde la muerte de Evita.

¿Cuál cree que debe ser su verdadero compromiso con los argentinos, con su pueblo?
Pienso, siguiendo las directivas del Episcopado, que debo actuar desde el pueblo y con el pueblo: vivir el compromiso a fondo, conocer las tristezas, las inquietudes, las alegrías de mi gente a fondo, sentirlas en carne propia. Todos los días voy a una villa miseria de Retiro, que se llama Comunicaciones. Allí aprendo y allí enseño el mensaje de Cristo.

¿Qué mensaje?
 Los signos concretos del mensaje de Cristo se pueden detectar cuando Él dice: "En esto se conocerá que ustedes son mis amigos, en el amor que se tengan unos a otros". Y el índice de mi adhesión al mensaje de Jesucristo es mi amor real, concreto, palpable, por mis hermanos.

¿Cómo se manifiesta, cómo se materializa ese amor?
Es muy significativo que el capítulo 25 del Evangelio de San Mateo (versículos del 30 al 46) Cristo hable del Juicio Final en estos términos: "Cuando el hijo del hombre vuelva con sus ángeles a juzgar a los hombres los reunirá a todos en su presencia y va a separar a unos de otros como el pastor separa a las ovejas de los cabritos. Entonces va a decir a los de su derecha: vengan conmigo benditos de mi padre". Ahí se puede pensar, bueno, vengan conmigo benditos de mi padre porque fueron a pie a Luján, o porque tuvieron mucha devoción a San Cayetano, o porque hicieron y cumplieron muchas promesas, o porque dieron limosna a la Iglesia. Pero Cristo no va a decir eso. Va a decir: "Vengan conmigo, benditos de mi padre, porque tuve hambre y me dieron de comer, porque tuve sed y me dieron de beber, porque estuve en la cárcel y me vinieron a ver, porque estuve enfermo y me curaron, porque anduve desnudo y me vistieron". Es decir que en el Día del Juicio Final vamos a encontrar a la derecha de Dios a mucha gente que jamás pisó una iglesia y que sin embargo estuvo toda su vida amando a Jesucristo, porque estuvo amando de una manera eficaz a su prójimo, a sus hermanos. Y, lo contrario, Cristo va a decir a los de su izquierda estas palabras terribles: "Apártense de mí, malditos, al fuego eterno". ¿Por qué? Bueno, ahí podríamos pensar que porque no hicieron la comunión pascual, que porque no dieron limosnas. Y sin embargo, no. Cristo va a decirles: "Yo tuve hambre y no me dieron de comer, tuve sed y no me dieron de beber, estuve en la cárcel y no me vinieron a ver..." Y lo notable va a ser que algunos preguntarán: 'Pero Señor, ¿cuándo te vimos con hambre y no te dimos de comer?' Y Cristo responderá: "Cada vez que no lo hicieron con uno de éstos". Y es en ese terreno donde se manifiesta mi amor, mi compromiso y el de todo hombre.

¿Quiénes cree usted que no se comprometen a ese nivel?
Aquellos que ven a un tipo sufrir en la villa miseria y dicen: "pobre". Aquellos que se compadecen pero pasan de largo y siguen viviendo como burgueses. San Agustín fue muy claro al respecto: "Hay muchos que parece que están adentro de la Iglesia y sin embargo están afuera". Es decir: son muchos los que fueron bautizados o tomaron la comunión pero no tienen amor concreto por su prójimo. Son cristianos muertos, no son cristianos. Por eso hay mucha gente que va a comulgar a misa, cree que comulga pero solamente traga la hostia. Cree que recibe la comunión y no se da cuenta de lo que eso quiere decir. Exactamente: común unión. Y si yo voy a recibir la comunión y soy racista, o sectario, o un explotador que oprime a su hermano, me dice San Pablo: "Ingiero el cuerpo del Señor indignamente; me trago y me bebo mi propia condenación". Porque vivir en el egoísmo, eso es el pecado. Aquel que se la pasa contemplándose el ombligo es un pobre hombre que ya tiene el infierno en vida, que vive en el pecado.

¿Qué entiende por pecado?
Pecar es negarse a amar. No hay pecado sexual: hay pecado contra el amor. Uno peca sexualmente cuando utiliza a una persona como cosa, como objeto. Por eso aquéllos que pretenden decir: "Ah, bueno, pero yo tuve relaciones con una prostituta, para descargarme...", esos pecan doblemente. Están contribuyendo con su actitud a mantener un estado de esclavitud, aunque sea aceptado por la persona a la que esclavizan.

Entonces son muchos los cristianos que viven en el pecado, que no aman.
Son todos aquellos que tienen una imagen desfigurada de Dios. Dios es para ellos el gran súper-yo-castrador y viven con Él una relación mítica, supersticiosa, mágica. Para ellos es un Dios que justifica la inmovilidad, un Dios que permite preguntas tales como "¿Y? ¿Qué vamos a hacerle si existen pobres y ricos?". Ése es el Dios que ataca Marx, ése es el Dios que hace creer a algunos que la religión es el opio de los pueblos. La verdadera fe cristiana, la auténtica fe en Cristo hace trizas esa creencia. Tener fe es amar al prójimo, y eso me moviliza a fondo, tanto como para dar la vida por mis hermanos, tanto como para brindarme íntegramente por ellos.

¿Inclusive hasta el punto de engendrar la violencia masivamente?
Ese es un problema demasiado complejo. Toda violencia es consecuencia del pecado del hombre, de su egoísmo. Ahora lo que sucede es esto: en concreto encontramos en América Latina -incluso en nuestro país- una situación de violencia institucionalizada. Es la violencia del hambre. Como dice Helder Cámara "El general hambre mata cada día más hombres que cualquier guerra". Es decir que existe la violencia del sistema, el desorden establecido. Frente a este desorden establecido yo, cristiano, tomo conciencia de que algo hay que hacer y me encuentro entre dos alternativas igualmente válidas: la de la no violencia en la línea de Luther King o la de la violencia en la línea del Che Guevara; hablando en cristiano la violencia en la línea de Camilo Torres. Y pienso que las dos opciones son legítimas. Es erróneo tratar de ideologizar el Evangelio. Decir, por ejemplo, como he oído: Cristo es un guerrillero. Él, personalmente, no fue violento, sólo en algunos casos concretos cuando echó, por ejemplo, a los mercaderes del templo a latigazos. Es decir, que Cristo fue solamente muy violento contra los ricos y los fariseos. Creo que la versión en cine menos alejada de lo que Él fue la da Pier Paolo Pasolini en su Evangelio según San Mateo.

¿Pero cuál es, cuál debe ser la actitud del cristiano ante lo que usted llama el desorden establecido, la violencia organizada del sistema?
Del Evangelio no podemos sacar en conclusión que hoy, ante el desorden establecido, el cristiano deba usar la fuerza. Pero tampoco podemos sacar en conclusión que no deba usarla. Cualquiera de las dos posiciones significaría ideologizar el Evangelio, que más que una ideología es un mensaje de vida. Pasará Marx, pasará el Che Guevara, pasará Mao, y Cristo quedará. Por eso pienso que es tan compatible con el Evangelio la posición de un Luther King como la ideología de un Camilo Torres.

¿En cuál de esas tendencias se enrolaría usted?
 Se me ocurre que actualmente en la de la no violencia. Como dijo Monseñor Devoto: "Yo no soy violento, pero no sé qué va a ser de mí si las cosas siguen así". Pero ojo: pienso que hay muchos que exaltan la no violencia ignorando lo que es. Porque Luther King, uno de sus principales teorizadores, fue asesinado. Es decir: la no violencia no es quedarse en el molde sino denunciar, poner bien de manifiesto la existencia de la violencia institucionalizada. Y para eso también hay que poner el cuero. Pero que esté claro: si yo ante el desorden establecido enfrento lo que llamo la contraviolencia y logro reducir la violencia total, es legítimo que la use. Pero si sólo exacerbo aún más la violencia del sistema contra el pueblo, no puedo menos que pensar que es contraproducente que la utilice.

Un cristiano, ¿tiene derecho a matar?
No lo sé. Lo que sí está claro es que tiene la obligación de morir por sus hermanos. Pienso que tenemos mucho miedo a la violencia por una actitud individualista. De repente nos escandalizamos porque alguien puso una bomba en la casa de un oligarca, pero no nos escandalizamos de que todos los días en las villas miserias o en el interior del país mueran niños famélicos porque sus padres ganan sueldos de archimiseria. La idea fundamental me parece que es ésta: el cristiano tiene que dar la vida por sus hermanos de una manera eficaz. Cada uno verá de acuerdo con su ideología, de acuerdo con la valoración particular que haga de la realidad, con la información que tenga, lo que tiene que hacer.

¿Cuál debe ser la función de un sacerdote en países desarrollados como Francia, Inglaterra o Italia?
 Sin duda la misma que en la Argentina, en Bolivia o en Paraguay. También hay explotadores y explotador en Francia (el subproletariado argelino, el subproletariado español), hay miseria, hay villas de emergencia. Yo a esos países los llamo subdesarrollantes, porque son países que viven de los pobres.

¿Qué piensa que deben hacer los sacerdotes en sociedades socialistas?
Cumplir con su función habitual: enseñar y amar. Yo no conozco China, pero tengo entendido que allí hay algo positivo: creo que ahora hay 700 millones de chinos que tienen pantalones y antes no sabían que era usarlos. Lo que me preocupa de China es que puede haber algo así como una especie de imperialismo cultural. Es decir, no me gusta que los chinos pretendan exportar su modelo de revolución a todo el mundo. Contra eso tendrían que combatir los sacerdotes, contra el dogmatismo político. Con respecto a los llamados países socialistas de Europa, pienso que son naciones que se encaminan cada día más rápidamente hacia el capitalismo, precisamente porque se metieron con corsé en el socialismo. De todas maneras no me cabe la menor duda de que los pueblos son los verdaderos artífices de su destino y, aunque yo personalmente crea que el sistema menos alejado de la moral y del Evangelio es el socialismo, se me ocurre que en la Argentina tenemos que hacer nuestra revolución, nuestro socialismo, que no necesariamente debe adaptarse a modelos preestablecidos. Además, estoy seguro de que ese proceso pasa, aquí, por el peronismo.

¿Cuál debe ser para usted la ingerencia de la Iglesia en cuestiones económicas y políticas? ¿Cómo justificar el poder económico, las relaciones de la Iglesia con el dinero?
No se trata de justificar sino de analizar. El gran escándalo del Concilio Vaticano II fue que se tuviera que hablar allí de la Iglesia de los Pobres, cuando lo natural es que si la Iglesia viviera de acuerdo con la orientación clarísima que le dio Jesucristo, de acuerdo a como fue la Iglesia los primeros siglos, cuando todos poseían sus bienes en común repartidos según las necesidades de los fieles, no debería haberse mencionado el asunto. El cristianismo empieza a degradarse cuando se desarrolla el espíritu de propiedad, y al reconocerlo Constantino (año 313) como religión oficial del Imperio, otorgándole a la Iglesia poder político. Lo natural, insisto, en el Concilio Vaticano, hubiera sido que se levantara un obispo y dijera: "Un momento. ¿Por qué la Iglesia de los Pobres? La Iglesia también es de los ricos". ¿Por qué? Porque la Iglesia también tiene que evangelizar a los ricos, entendiendo por evangelizar a los ricos, ayudarlos a dejar de serlo. Lo cual no significa que tire todo por la ventana sino que ponga todos sus bienes al servicio de la comunidad. Es evidente que es un problema, porque si viene un empresario católico y me dice: "Yo que me convertí, padre, yo quiero realmente vivir el Evangelio", no me queda otro remedio que contestarle que cambie radicalmente el enfoque de su empresa, dándole participación efectiva en las ganancias a todos sus trabajadores. Claro, así la empresa se va a fundir en 15 días porque la competencia la mata. Entonces la otra respuesta para un empresario que quiera vivir realmente el Evangelio está en que se platee seriamente el problema de la revolución.

Eso es lo mismo que dejar de ser empresario.
No necesariamente. Si Alberto José Armando viene a mí y me dice "yo quiero cambiar" le contesto que bueno, que le saque todo el jugo a los capitalistas que lo rodean y que con su fabulosas inventiva le cree al pueblo situaciones en las que pueda ser realmente protagonista de su destino.

A usted se lo acusa de pregonar una filosofía de vida casi rayana en el ascetismo, que no coincide con su manera de vivir, más acorde -se dice- con hombres de su misma extracción social.
Usted ve donde vivo: es un cuarto en una terraza de una casa de departamentos bacana, pero un cuarto al fin. Además es cierto: yo soy de origen oligarca, y eso tiene sus limitaciones. El hecho de que a mí nunca me haya faltado nada tal vez haya relativizado mi visión de las cosas. Pero también es cierto que a la oligarquía la conozco de adentro y sé, efectiva, concretamente, cuales son sus corrupciones. De todas maneras a mí no me falta absolutamente nada, pero trato de que me sobren cosas.

¿Cuáles son sus carencias afectivas? ¿No se siente frustrado como hombre?
No me siento frustrado en absoluto. Pienso que desde el momento en que contraje el compromiso de ser célibe ante Cristo y ante la comunidad me debo a él. Por supuesto el celibato presume una lucha cotidiana. No solamente la lucha en cuanto se refiere al impulso sexual sino en cuanto a la soledad. El problema profundo no es el de la ausencia de contacto carnal, sino la soledad, así, simplemente. Esa es una tensión que vivo permanentemente y por la cual tengo que estar muy sobre mí mismo porque fácilmente se puede desvirtuar mi afectividad.

¿Ese es uno de los principales conflictos que originó el éxodo de sacerdotes de la Iglesia?
Pienso que no, que las raíces de la crisis sacerdotal está en otro lado. Pienso que el sacerdote se siente inútil en muchos lugares; es decir: ha perdido el sentido de su vida. Para mí el sufrimiento más grande que puede tener un ser humano es sentirse demás y eso es lo que le pasa a muchos curas.

  www.elhistoriador.com.(Entrevista  Revista 7 Días)



Su última sonrisa y  guiño 


El 11 de mayo, de 1974, pasadas las 8  la noche, Mugica se  retiraba  de la iglesia de San Francisco Solano,(Zelada, 4771), donde había celebrado misa, alguien lo llama por su nombre, se da vuelta  para mirar y recibe cinco disparos, de ametralladora .
El padre Vernazza,  salió de la iglesia al oír los disparos, corrió a darle la unción y lo llevaron al hospital , (Mugica alcanzó a sonreírle y guiñarle el ojo a Vernazza).
El cuerpo agonizante  llegó al Hospital Salaberry, alcanzando a exclamar:
“¡Ahora más que nunca tenemos que estar junto al pueblo!”, Eran las nueve de la noche cuando finalmente muere. El entierro fue una multitudinaria manifestación.
Sus villeros, a los que tanto quería, le llevaron en hombros hasta el cementerio de La Recoleta, en el corazón del Barrio Norte. La prensa -no toda- le calificó como «el santo villero». Desde que se tuvo la primera noticia de su muerte, muchos recordaron, que la revista El Caudillo, portavoz oficioso de la Triple A (ultraderecha), había publicado en diciembre del 73, una «Carta abierta a Mugica», en la que se le advertía de estar equivocado, y andar por la vereda equivocada.



Canción para Carito


Concierto del coro y la orquesta juveniles de las villas de la Ciudad de Buenos Aires con León Gieco y Ligia Piro, dirigidos por Claudio Espector.
Programa especial de la Tv Pública. "El legado del padre Carlos Mugica, el cura villero", emitido  el 11/05/2014 a cuarenta años de su asesinato y en el marco de una semana de homenajes en distintos puntos del país.






9/5/19

#Sinceramente , necesaria | Cristina en la Feria del Libro

 

De esos momentos que no abundan, de esas palabras que necesitamos, pero además queremos escuchar , de  esos rostros emocionados que nos emocionan, de esa mirada con  brillo  en ojos que se vienen opacando demasiado .

Memoria, nostalgia también,  pero sobre todo ,esperanza !...

Lo de Cristina fue mucho más que la presentación de un libro y en una tarde en que hasta la
lluvia ,quiso decir,  presente!!.
Cristina Fernández de Kircher habló ante una multitud dentro y fuera de la Rural
 








7/5/19

Evita,de evitar | #Evita100Años





"Conjugue, compañera, descamise/renuncie, funde/ dignifique, compañera

Evite el silencio: preséntese, preséntese que se siente, se siente todavía bajito ,se siente ,se siente". (...) Tantas cosas  podría decir en este día , pero  apenas algunas bastan para  acompañar el mejor homenaje que se  me ocurre hacerte con un texto maravilloso de  Juan Sasturain.



"Actriz mediocre, oportunista, trepadora , puta"... eras para  aquellos que siempre resintieron y en este 2019 se siguen animando a salir  del closet , habilitados por el voto  que los valida como "demócratas" , para tener su representante en el poder.

Santa, mártir, reina ,diosa... fuiste para  la otra parte de una grieta que no instaló CFK , existió siempre   , y  no eras  nada de eso , eras  Eva y supiste  dar paso a la Evita , compañera del pueblo, mujer que marcó  y pasó a la historia .

La fundación molestaba , los buenos pisos y el confort para aquel hogar de tránsito  molestaba  ,tus "lujos" molestaban  a  quienes creen que el disfraz de pobre va más acorde  con los de abajo  , las joyas molestaban a las damas de la aristocracia,   pero lo que más molestaba  eran tus opiniones,tu defensa a  los derechos,  tu representatividad con los trabajadores ,tu lucha por la igualdad con los hombres ,  tu hacer  y ser.

Hace hoy exactamente 100 años ,  Los Toldos pasaría a ser Argentina toda y las marquesinas  de tu gran obra , el pueblo vivandote en las calles.

Eva ,siempre insisto con lo corto de tu nombre y lo inmenso  a la vez , porque fueron mucho más que tres letras.Eva , el nombre de una mujer que traspasó las fronteras de su propio partido.

Todavía siguen negándote, y  no lo hace desde la lógica ,  si desde el más nefasto fanatismo-anti-.

El mismo que  hoy sienten aquellos que denostan a otra mujer que nada tiene que ver con vos (desde  la comparación que no quiero instalar ) y sin embargo se parecen  , van ligadas en ideas y principios. Ambas descalificadas, despreciadas  sobre todo por las pares, pero la historia acomoda las cosas en su justo lugar, así algunos se niegan a leerla ,ocupando sus horas de respiro (porque no es vida lo que recorren), preocupados en reeditar consignas que vivan a la muerte y las miserias en las paredes, sin entender que ya no hay enfermedad que te pueda vencer ,ni olvido que le  pueda ganar a tu lucha además de nombre que seguiremos levantando para llevarlos como bandera a la victoria!!!

Gracias Eva por  aquel 7 de mayo de 1919, cuando llegaste para quedarte eternamente entre  las mujeres más grandes de la historia.HLVS. (cpm-  07-05-2019)



Evita, de evitar |  Juan Sasturain (1986)*


Había una vez un verbo

un verbo sin decir/ sin gritar/ un verbo

calladito y sin balcón

un verbito nomás

un verbo más o menos

sin jugar ni conjugar

sin tiempo ni modo

ni voz / ni vos

ni yo tampoco

teníamos el verbo:

HABÍA UN SILENCIO ASÍ.



Pero el verbo se hizo carne

y habitó (evitó) entre nosotros

EVITA (dijo el verbo)

Evita tú / evite él /

evitemos nosotros

evitamos –dijo el mosquito–

y la historia araba, evitaba

para él y con nosotros

arrastrados por ella.

Ella, Evita (de evitar)

arrastró por todos

se arrastró (para los arrastradores)

le enrostraron arrastrada

y era verdad (oh mentirosos)

que los llevaba a la rastra

de la nariz / de los huevos

los llevaba la hembra

con el olor de la historia

entre las piernas /

entre las manos /

entre las masas y hacía la calle

(y el amor) con el pueblo

a los gritos, oh escandalosa.



EVITA (le decían) evita

hacer olas, y Evita no evitaba;

oleaba, olía, el celo de la gente

la arrastraba.

El arrastre de Evita: oh señora,

arrastra pro nobis.



Dicen mis amigos / que mi vino es triste

pero ella vino (de venir) verbalizó:

Evita tú –me dijo– el vino entristecido

Evita (de evitar)

las noches largas

las amargas rachas

las tantas Nachas

dijo Evita y vino (de venir)

conjugó el verbo

invitó el vino (de beber) bebió /

bendijo / el agua de las fuentes

las patas de las fuentes

las manos de los fuegos y

metió/ las manos en el agua

el agua en el fuego

el huevo en el agua

(ponía huevos Evita) y

con éste le puso sal / con éste

le puso amor y con éste sí

con éste (les dijo) no

a los Pícaros / no a los Gorditos

Evitó que los Pícaros Gorditos

se

lo

comieran

Todo.

Después tendió

la mesa en la plaza dio de comer (no a las palomas)

dio de creer en el plato (no a los creyentes)

en la plaza.

Y un día dijo (Evita dijo): eviten

sacar las pieles del plato pero

–sobre todo–

NO SAQUEN NUNCA

LAS PATAS DE LAS FUENTES

(Hay que volver a las fuentes, revisó

el re-visionista que re-veía).



Dijo y decía mi madre: Evita (de evitar)

las malas (cuídate Juanito de)

las malas compañías

–carteles grandes / grandes compañías–

dicen: EVITA elegir / elige EVITAR, dicen

evita / las salidas de la fábrica

las camisas salidas

los descamisados

Evita / los descamisados (y no sólo):

no te descamises

no te descarriles

no te amontones

Evita (de evitar) los amontonados:

te tocan (de tocar) o te toca (de morir)

como le tocó a aquél o al otro

por amontonado. Evita, evita entonces.



Si evitas –digo, decían–

si EVITA fuera o sería

si viviera sería

pero

eso

es

“lo que hubo de haber habido”/

como decía El Que Te Dije / porque ya

NO ES

(de to be: ser o estar)

porque el verbo se hizo cáncer

(la carne dejó al verbo sin sujeto /

sin sujetar / se soltó sola)

y deshabitó entre nosotros:

Y HUBO UN SILENCIO ASÍ

Pero EVITA –decíamos– evita los temores

los tumores

la mala sangre

la mala leche de los años en tres

la coartada de volver, de ser millones de montones.

No te vayas no, carajo:

aparta de mí esa hora / las veinte y veinticinco /

no entres / no salgas a la Inmortalidad / evita

EVITA las Inmortalidades, evita/

Lo inevitable.



Y colorín (evita –dijo– la moraleja)

colorado (evita la queja, la moda vieja)

este cuento se ha /

No acabes, compañera: Evita, no te

entregues, no te vayas

aguanta todavía otro día peronista

no te calles compañera

porque hubo / había una / dos veces

un verbo bien dicho y conjugado.

Conjugue, compañera

descamise/

renuncie, funde/

dignifique, compañera

Evite el silencio: preséntese

preséntese que

se siente

se siente todavía

bajito se siente

se siente.


* Este texto, publicado originalmente en la revista Aportes en 1986 en un homenaje a Eva Perón, pertenece a un libro inédito –Carta al Sargento Kirk y otros poemas de ocasión (1976-1989)– que reúne poemas más o menos políticos más o menos sentimentales marcados por aquellas coyunturas. Más aún: lastimados, con dolor de coyunturas casi. El que suscribe atravesaba, por entonces, la última etapa de su adhesión peronista. El indulto de Menem a los militares asesinos le daría el definitivo empujón a la intemperie política, al nunca más. Pero lo escrito, escrito está; aunque el que firme esta nota al pie no sea ya –para bien o para mal– el que escribió aquellos versos fervorosos de rabia, de pena y de desesperada esperanza. J.S. (Fuente;Página 12)