16/12/08

Chau Banya .mi boxer idealista





16 de Diciembre ... Día especial para mi, día triste 😢
Fuiste la mentora de este blog,  que arranco siendo ( Banya08 "Una Boxer Idealista" ).
Con tus miradas  y tu compañía  sosteniendo cada vez que nos tocaba pelear con algún opositor.

Cuanto sufriste pensando  que te retaba ( por el tono de mi voz ) y era que puteaba a la mesa de enlace,
Vos que decías Clau está contenta, cuando me escuchabas decir, "como quiero este hombre de la boina",

Vos que te bancaste mis rayes,  mis broncas, mis frustraciones, sin inmutarte, siempre leal, compañera, amiga, y hasta solidaria ,si yo lloraba , vos gemías como diciendo ,no!!!! y se reía, te sumabas con tu mini cola que  no se quedaba quieta un instante.

Vos idola!!!, maestra,  que en nombre de un perro le hablaste a Fidel y desde tu cucha ,que nunca fue tal, (tu cucha era toda la casa),desde ella escribiste en nombre de los perros progresistas...
¡Suena loco?, obviamente que si, pero si esa es la locura, que viva entonces....

Te dejo nuestra canción, (la mía que curiosamente fue fondo de esa película hermosa, sobre ustedeslos 4 patas).
La misma que tantas veces te cante mientras te cuidaba en  tus últimos días y que sabés ,es mi preferida
al igual que vos :)
Y dejo además un hermoso relato cortito de Benedetti, maestro de maestros , que dice las cosas desde ya,  muchísimo mejor que yo!!!!
GRACIAS BANYITA .Te quiero, te voy a querer siempre y en este lugar o el que me toque ir.... vos, vas a ir  conmigo !!! 💖


Angel Mine 





                                          "El hombre que aprendió a ladrar "(Mario Benedetti)

Lo cierto es que fueron años de arduo y pragmático aprendizaje, con lapsos de desalineamiento en los que estuvo a punto de desistir. Pero al fin triunfó la perseverancia y Raimundo aprendió a ladrar.

No a imitar ladridos, como suelen hacer algunos chistosos o que se creen tales, sino verdaderamente a ladrar. ¿Qué lo había impulsado a ese adiestramiento? Ante sus amigos se autoflagelaba con humor:
"La verdad es que ladro por no llorar".

Sin embargo, la razón más valedera era su amor casi franciscano hacia sus hermanos perros. Amor es comunicación. ¿Cómo amar entonces sin comunicarse? Para Raimundo representó un día de gloria cuando su ladrido fue por fin comprendido por Leo, su hermano perro, y (algo más extraordinario aún) él comprendió el ladrido de Leo.

A partir de ese día Raimundo y Leo se tendían, por lo general en los atardeceres, bajo la glorieta y dialogaban sobre temas generales. A pesar de su amor por los hermanos perros, Raimundo nunca había imaginado que Leo tuviera una tan sagaz visión del mundo.

Por fin, una tarde se animó a preguntarle, en varios sobrios ladridos: "Dime, Leo, con toda franqueza: ¿Qué opinás de mi forma de ladrar?". La respuesta de Leo fue bastante escueta y sincera: "Yo diría que lo haces bastante bien, pero tendrás que mejorar. Cuando ladras, todavía se te nota el acento humano."
(Mario Benedetti)