22/2/14

Machado , a 75 años de una muerte,ayudada por la propia vida.




El miedo,
La pobreza,
Las interminables esperas en la frontera,
El frío,
El fracaso,
La nostalgia,La soledad... —nos dicen—, van a precipitar su prematura muerte. 
Una nueva neumonía o bronquitis, que se complica con una gastroenteritis, produce el decisivo y fatal empeoramiento. Durante cuatro interminables días Machado está inquieto, delirando y con gran opresión en el corazón. 

En su desorientación agradece reiteradamente las atenciones que se le dispensan.
Dos días antes de su muerte, durante una leve mejoría, dicta una carta a un amigo, al fin de la cual estampa una temblorosa firma. 

Muy poco después pronuncia sus últimas palabras inteligibles —«Adiós, madre»—, entra en coma y muere a las tres y media de la tarde del 22 de febrero de 1939.
Su madre, que había dado claros signos de enajenamiento mental y permanecido en estado semi comatoso durante la agonía del poeta, parece darse cuenta, en un último momento de lucidez, de la muerte de Antonio. 
Tres días después seguirá a su querido hijo y será enterrada en la misma tumba.

                                                                          Retrato
  Antonio Machado 
 

     Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla,
y un huerto claro donde madura el limonero;
mi juventud, veinte años en tierras de Castilla;
mi historia, algunos casos que recordar no quiero.

  Ni un seductor Mañara, ni un Bradomín he sido
¿ya conocéis mi torpe aliño indumentario?,
más recibí la flecha que me asignó Cupido,
y amé cuanto ellas puedan tener de hospitalario.
Hay en mis venas gotas de sangre jacobina,
pero mi verso brota de manantial sereno;
y, más que un hombre al uso que sabe su doctrina,
soy, en el buen sentido de la palabra, bueno.

Adoro la hermosura, y en la moderna estética
corté las viejas rosas del huerto de Ronsard;
mas no amo los afeites de la actual cosmética,
ni soy un ave de esas del nuevo gay-trinar.

Desdeño las romanzas de los tenores huecos
y el coro de los grillos que cantan a la luna.
A distinguir me paro las voces de los ecos,
y escucho solamente, entre las voces, una.

¿Soy clásico o romántico? No sé. Dejar quisiera
mi verso, como deja el capitán su espada:
famosa por la mano viril que la blandiera,
no por el docto oficio del forjador preciada.

Converso con el hombre que siempre va conmigo
?quien habla solo espera hablar a Dios un día?;
mi soliloquio es plática con ese buen amigo
que me enseñó el secreto de la filantropía.

Y al cabo, nada os debo; debéisme cuanto he escrito.
A mi trabajo acudo, con mi dinero pago
el traje que me cubre y la mansión que habito,
el pan que me alimenta y el lecho en donde yago.

Y cuando llegue el día del último vïaje,
y esté al partir la nave que nunca ha de tornar,
me encontraréis a bordo ligero de equipaje,
casi desnudo, como los hijos de la mar.




                                                            Introducción a los Sueños
  Antonio Machado 
 


Leyendo un claro día
mis bien amados versos,
he visto en el profundo
espejo de mis sueños

que una verdad divina
temblando está de miedo,
y es una flor que quiere
echar su aroma al viento.

El alma del poeta
se orienta hacia el misterio.
Sólo el poeta puede
mirar lo que está lejos
dentro del alma, en turbio
y mago sol envuelto.

En esas galerías,
sin fondo, del recuerdo,
donde las pobres gentes
colgaron cual trofeo

el traje de una fiesta
apolillado y viejo,
allí el poeta sabe
el laborar eterno
mirar de las doradas
abejas de los sueños.

Poetas, con el alma
atenta al hondo cielo,
en la cruel batalla
o en el tranquilo huerto,

la nueva miel labramos
con los dolores viejos,
la veste blanca y pura
pacientemente hacemos,
y bajo el sol bruñimos
el fuerte arnés de hierro.

El alma que no sueña,
el enemigo espejo,
proyecta nuestra imagen
con un perfil grotesco.

Sentimos una ola
de sangre, en nuestro pecho,
que pasa... y sonreímos,
y a laborar volvemos.



                                                                          La Saeta
                                                                    Antonio Machado


                                                                 ¡Oh, la saeta, el cantar
al Cristo de los gitanos,
siempre con sangre en las manos,
siempre por desenclavar!
¡Cantar del pueblo andaluz,
que todas las primaveras
anda pidiendo escaleras
para subir a la cruz!
¡Cantar de la tierra mía,
que echa flores
al Jesús de la agonía,
y es la fe de mis mayores!
¡Oh, no eres tú mi cantar!
¡No puedo cantar, ni quiero
a ese Jesús del madero,
sino al que anduvo en el mar!  
 
 



 
Estos días azules y este sol de la infancia.  
Antonio Machado
(Último verso de Antonio Machado, escrito poco antes de morir)


Poeta amable de cielos abiertos,
hombre bueno de alma sencilla,
navegante del mar de Castilla,
trovador de sus pueblos desiertos.
Sus caminos recién descubiertos
en tus rimas se hicieron semillas
y cantando por tierras y villas
verso a verso tornáronse ciertos.
Buscador de tesoros inciertos,
Don Quijote de causas perdidas,
amador de unas musas prohibidas,
soñador con los ojos despiertos.
Hondo hablaste de sus desaciertos
a las ásperas tierras queridas
y ellas sólo tallaron heridas,
golpe a golpe en tus desconciertos.
(De Guiomar y Leonor los afectos
en tropel atraviesan tu vida
y rebrotan antiguas heridas
piel y sangre quemando recuerdos.)
De equipajes ligeros cubiertos
días azules, infancias sencillas,
y desnudo, del mar las orillas,
envolvieron tus ojos ya yertos.

   entierro del poeta Antonio Machado en Colliure, donde murió el 22 de febrero de 1939


"Y al cabo, nada os debo, me debéis cuanto he escrito".... 
Y Se murió de pena. (Así lo suelen afirmar los biógrafos del poeta), un 22 de febrero de 1939 ,en Collioure, pueblito francés junto al Mediterráneo, cerca de Cataluña, el gran poeta , en condiciones terribles tras exiliarse de España debido al triunfo de la sedición fascista contra la República y casi al mismo tiempo que su madre, Ana Ruiz, agonizando ambos junto a la libertad de España...(Esa España que se dividía en dos, para que una de ellas, helara el corazón).

 "Dedicado a la  memoria del gran poeta"  y a mi abuelo "José", republicano que murió sin querer volver a España por miedo a estar pisando al caminar, el cuerpo de algún  amigo...(cm)

1 comentario :

HEBE dijo...

EXCELENTE POCOS COMO EL GRANDE , GENO