27/8/13

Eduardo Aliverti- todos los editoriales de Junio/2013 - (Marca de Radio)

¿Y si no es lo que parece?
La gestión kirchnerista, desde sus orígenes, se caracterizó por una enorme capacidad de sorprender. Incluso, respecto de la tropa propia. Es lo que volvió a ocurrir la semana pasada.Cuando la Presidenta y su reducidísimo círculo íntimo resuelven guardar un secreto bajo siete llaves, no hay nadie que pueda descubrirlo. Nadie. Y nadie es nadie. Quien sostenga lo contrario miente a sabiendas.(...)





Periodistas: 
Ayer fue nuestro día, el del periodista, y no tengo registrada otra etapa en la que pueda haber sido más rica la probabilidad de reflexionar sobre lo que significa ese nosotros.(...)




Violaciones:
Semana muy fea para editorializar. Uno pensaba que lo esperaría la relativa placidez analítica del cierre de alianzas para las elecciones primarias de agosto, que se dio sin grandes sorpresas al ratificarse que hay una cosa o la otra. No fue así.(...)

 



Los hombres grises: Junto con el cierre de candidaturas a las PASO, y por fuera del renovadamente abominable manejo mediático en el caso de Ángeles Rawson, el gran tema de la semana pasada es una excelente noticia.
Se piense lo que se piense acerca del fallo de la Corte Suprema contra la elección popular de quienes designan y supervisan a los jueces; del lobby opositor para que el veredicto fuera el que fue y de la reacción de Cristina en el acto de Rosario, vivimos -con ratificada fortaleza- un hecho histórico: el inmaculado Poder Judicial también entró en controversia, en disputa, en des-sacralización. Tomado desde el recupero civil, en
1983, primero fue el señalamiento de las Fuerzas Armadas, no ya como el denunciado brazo ejecutor de los intereses de la oligarquía sino, y nada menos, al pasar por el juzgamiento efectivo de sus atrocidades criminales.
Después -a grandes rasgos que ni siquiera son un pestañeo, visto en períodos epocales- se desmoronó la omnipotencia de los grandes medios de comunicación: no sólo quedó categóricamente demodé aquello
de que a cierto diario le bastaban cuatro tapas consecutivas para derribar a un gobierno, sino que por fin pudo enfrentárselos con una ley sancionada, participativa, y cuya legitimidad democrática apenas se discute en los estamentos contenciosos que se aferran a los privilegios de clase y sector. Y ahora, el conservadurismo ancestral de la familia tribunalicia también terminó de ingresar a reyerta. Todo esto habla muy bien de los valores de la democracia reconquistada hace 30 años, al margen (un margen inmenso, aclaremos) de que para vastas franjas populares eso no se registre o asimile en su calidad de vida cotidiana.(...)





Imágenes:

Está bueno que el periodismo argentino viva una etapa de sinceramiento, gracias a la clarificación de los intereses corporativos e ideológicos a que responde cada quien.
El firmante se permitió afirmarlo en unas cuantas oportunidades. Pero hay una abismal diferencia entre eso y que las operaciones de prensa se conviertan en un paisaje cotidiano. Brindar información y opinión desde un posicionamiento político que se deja claro, ya sea porque se lo expresa o por resultar obvio, no es lo mismo que magnificar -o directamente inventar- en nombre de la meta mayor. Es lamentable el subrayado de este aspecto de sentido común, que parte las aguas entre el legítimo blanqueo de para dónde se juega y la ilícita manipulación profesional.



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