El camino desde México a la Revolución final.
El 30 de noviembre: "Seremos libres o mártires"
Esa histórica frase, pronunciada por Fidel, no fue dicha como una promesa individual, seguro estaba de que hablaba en nombre de todos los patriotas que junto a él habían decidido derrocar la tiranía imperante en nuestra querida Cuba. A finales de noviembre, el máximo dirigente del MR-26-7 daba los toques finales en México a la expedición que lo conduciría a reiniciar la guerra necesaria en su patria, que proclamara nuestro José Martí.
A la vez, en la Isla, Frank País, Jefe de Acción del aguerrido Movimiento y el dirigente de mayor jerarquía en toda la nación, estaba en similares trajines para secundar los planes libertarios. En el segundo viaje que realizó Frank al hermano país azteca, reiteró a Fidel lo que ya le había expresado en el anterior encuentro: no se contaba con los suficientes recursos bélicos para producir un levantamiento armado de alcance nacional.
Sugería posponer la fecha con el fin de garantizar mejores condiciones para la decisiva empresa. Sin embargo, las razones expuestas por el líder revolucionario fueron tan convincentes que el corajudo jovencito se comprometió a cumplir al máximo la misión encomendada, con los escasos medios con que contaba.
Frank supo que el desembarco sería por la costa Sur de Oriente y se acordó que la principal acción de apoyo se librara en Santiago de Cuba, donde se concentraba la mayor cantidad de unidades militares. El objetivo era evitar que esas fuerzas acudieran a combatir a los expedicionarios e impidieran que llegaran a la Sierra Maestra para iniciar la guerra de guerrilla.
Las demás provincias harían lo que estuviera a su alcance, dedicándose a la destrucción de todos los medios de comunicaciones inalámbricas y terrestres. Absorto en su misión, y clandestinamente, Frank regresó de México vía Camagüey.
Allí dio instrucciones al coordinador del MR-26-7 acerca de lo que tenía que hacer para apoyar el arribo de Fidel, cuando recibieran el aviso. Con el mismo fin viajó a Las Villas y a La Habana, donde también estuvieron los de Pinar del Río y Matanzas.
En los primeros días de noviembre Frank se encontraba de nuevo en Santiago de Cuba. Según lo previsto, las acciones armadas en la ciudad se iniciarían una vez que se produjera el desembarco —de cuya fecha sabría Frank por la comunicación que le enviarían desde la tierra azteca—, con lo cual el impacto sería mayor y los expedicionarios tendrían menos dificultades para llegar a las montañas. El propio Frank pudo escribir una síntesis de aquellos hechos, que tituló La Valerosa Acción de Santiago de Cuba: "El 23 de noviembre, la dirección del Movimiento encargó a cada jefe de grupo que estudiara y rindiera el informe definitivo de su objetivo militar.
Tres días después quedó decidido que los puntos básicos eran la Policía Marítima, la Policía Nacional y el cuartel Moncada." Realmente fue al quinto día que se decidieron esos puntos, ya que efectuó la reunión con todos esos jefes la noche del 28 de noviembre, luego de recibir el telegrama el 27, con la frase clave que le revelaría la salida de Fidel: OBRAS PEDIDAS AGOTADAS.
En las jornadas siguientes llegaron cuatro telegramas más desde México, dos de ellos para La Habana: uno con destino a Aldo Santamaría, quien debía alertar a Matanzas y Pinar del Río, y otro para José Antonio Echeverría, según lo acordado en México.
Los restantes fueron para Santa Clara y Camagüey, donde además recibieron el que Frank dijo que les enviaría.
El plan para las acciones fue:
• Cinco comandos debían cercar y atacar —no tomarlo— el cuartel Moncada, cuando escucharan las explosiones de las granadas del mortero, que serían la señal para iniciar el combate; de no sentirse las detonaciones, habría que efectuarla a las 7 de la mañana de todas maneras.
• Las Brigadas Juveniles se unirían a los comandos que sitiarían el Moncada, para levantar barricadas en las calles de salida del campamento. Ello impediría que las tropas salieran a reforzar las unidades de la Policía Nacional y la Marítima, que también serían atacadas en esos momentos.
• Un comando apoyaría el plan de fuga de los presos políticos de la Cárcel de Boniato, y todos se incorporarían al sitio del Moncada. Otro tomaría, de una ferretería, fusiles de calibre reducido. Los botiquines se instalarían en los lugares señalados. • La toma del aeropuerto y el cerco al Distrito Naval estaría a cargo de las organizaciones Acción Libertadora y Triple A.
• Como parte de la acción, se emitiría una alocución revolucionaria por las emisoras radiales y, además, se repartirían proclamas con igual contenido a la población santiaguera.
• Frank, con los dirigentes nacionales de MR-26-7 —Haydee Santamaría y Armando Hart— y los provinciales —Gloria Cuadra, Bilito Castellano, María Antonia Figueroa, Ramón Álvarez, Vilma Espín y otros compañeros— dirigiría las acciones desde la Casa Cuartel escogida. Todos se habían empeñado en organizar su misión con una consagrada dedicación. De tener éxito las acciones y comprobar que Fidel había desembarcado —Celia había organizado su recepción para guiarlos a la Sierra Maestra—, se designaría un contingente de combatientes para unírsele, mientras los demás continuarían la lucha en la clandestinidad.
Sobre aquellos momentos de gran tensión Frank escribió: "…
La hora del ataque era inicialmente a las seis, pero se pospuso para las siete en previsión del cambio de guardia. A las cinco sonó el despertador, aunque casi todos los combatientes habíamos pasado la noche despiertos y naturalmente nerviosos.
Se repartía café con leche y galletas, que casi nadie ingirió. Con intensa emoción nos pusimos por primera vez nuestros uniformes del 26 de Julio, color verde olivo, con brazaletes rojos y negros con letras blancas y los arreos militares…
" Los uniformes no alcanzaron para todos los acuartelados, igual que las armas para algunos de los comandos y todos los brigadistas; a éstos últimos se les comunicó que serían armados con los fusiles que se capturaran en la Policía Nacional y la Marítima, tras lo cual se incorporarían al ataque; sin embargo. Sólo tres o cuatro desistieron de ir a cumplir su cometido en tales condiciones.
Volvamos a lo narrado por Frank: "…No estábamos ya nerviosos, ni asustados como antes de entrar en combate. Estábamos ya fogueados y nos ardía en las entrañas el deseo de seguir combatiendo, para que nuestros propósitos de liberación no quedaran truncos…
" Y sucedió que a la hora señalada no sonó el mortero —su dotación fue capturada cuando se dirigía a disparar el arma—, por lo que algunos comandos, excepto uno, se confundieron y no salieron a cumplir su misión; los demás lo hicieron más tarde. Otros contratiempos demoraron tomar las posiciones designadas y algunos efectivos no actuaron como estaba planificado en relación con el cerco del Moncada, el cual no se realizó.
No obstante, los demás comandos tomaron la Estación de la Policía Marítima y ocuparon sus armas, causándoles numerosas bajas; los rebeldes tuvieron dos heridos. La Estación de la Policía Nacional fue incendiada y destruida, y aunque también sufrió bajas, no pudo ser tomada. Cayeron combatiendo Pepito Tey, segundo de Frank, Tony Alomá y Otto Parellada, Jefe de Comando, y otros dos compañeros fueron heridos. Diversos combates se efectuaron con las tropas que trataron de desalojar a los rebeldes parapetados en el Instituto de Segunda Enseñanza y sus alrededores, donde participó Frank País.
En Guantánamo se tomó un pequeño cuartel y en los demás municipios orientales y restantes provincias se realizaron diversos sabotajes a los medios de comunicaciones. El Granma captó la noticia del levantamientote de Santiago. Fidel, visiblemente contrariado por la demora de la travesía, le dijo a Faustino Pérez:
"Quisiera tener la facultad de volar." La ciudad de Santiago de Cuba estuvo en manos de los revolucionarios por varias horas, manteniendo en ese mismo tiempo en jaque a las fuerzas de la tiranía.
En su último párrafo Frank escribió: "
…La población entera de Santiago, enardecida y aliada a los revolucionarios, cooperó unánimemente con nosotros. Cuidaba a los heridos, escondía a los hombres armados, guardaba armas y uniformes de los perseguidos; nos alentaba, nos prestaba las casas y vigilaba de lugar en lugar, avisando los movimientos del Ejército.
Era el hermoso espectáculo de un pueblo cooperando con toda valentía en los momentos más difíciles de la lucha." Por su resultado final desde punto de vista militar, el levantamiento de Santiago no cumplió cabalmente sus propósitos. Lo más lamentable fue que no coincidió con el desembarco del Granma, y lo más doloroso, la muerte de los tres valiosos combatientes.
Sin embargo, el 30 de Noviembre se obtuvo otro resonante triunfo moral, al demostrársele una vez más a la tiranía que los revolucionarios cubanos estábamos decididos a combatirla por medio de las armas, y a cumplir la promesa que su máximo líder, Fidel Castro, había hecho a nuestro pueblo y al mundo: "Seremos libres o mártires". (Por WILLIAM GÁLVEZ )-
Filmoteca,,,(ciclo de Cine y documentales de canal 7, la tv pública),
presento un documental sobre los sucesos antes detallados... (completo en 8 videos)
Si pueden les aconsejo verlo completo, para apreciar realmente lo que hicieron estos hombre y mujeres y las adversidades que debieron sortear.....
"La Guerra Necesaria"
video 1-
video 2-
video 3-
video 4-
video 5-
video 6-
video 7-
video 8- Parte final-
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