29/2/16

Juanita ,voz fuerza y ternura de un pañuelo blanco (audio homenaje) entrevista con Horacio Embón .


Juanita Meller de Pargament.
  Más allá de la tristeza  que se  acuna debajo de un pañuelo blanco  y del dolor transformado en lucha, esas mujeres que fueron paridas por sus hijos ,expresan en  el rostro de cada una de ellas , la vida...El de Juanita  además es  el indicado  para definir la ternura,porque eso era Juanita.

Ternura pura, sonrisa   permanente e invitación a darle un abrazo de esos que no queremos se terminen  ,  Juanita entera,  firme ,  con ganas,  comprometida y  activa , mujer   chiquitita que apenas parecía asomar del suelo y sin embargo  era(es) gigante.
Juanita  la que de arranque  marchaba junto a Azucena,( desaparecida luego del beso de judas y devuelta por el mar y la voluntad de  miles de presentes que desde sus ausencias la empujaban)  y quien llegó  a cumplir  39 años de marcha .

La que una tarde estando en el local de Madres, recibió a un chico que venía buscando un libro con fotografias  y al señalar la de su padre ,supo que  era su nieto) , el mismo que antes de nacer ,partiera a otro país con su madre, el mismo que después de eso tuvo un encuentro breve y ya no más.

 Quien afirmaba :

"El compromiso está localizado en el cuerpo y en el alma".

"Las madres nunca paramos. Si parás, vas para atrás, no para adelante".


"Siempre pedimos justicia, no perdón y esto tiene que continuar, a los genocidas la justicia les regaló mucho tiempo de libertad". 


El secuestro de su hijo,  Alberto José Pargament, ocurrido el 10 de noviembre de 1976, fue el quiebre de una madre "alejada de la política y ocupada de la familia" para comenzar una vida dedicada a la búsqueda compartida.

Durante un reportaje  en el  2014  , decía:
"Mi hijo era un rebelde, un motor que no paraba en ningún sentido. Era médico psicoanalista y donde lo llamaban, iba. Con sus compañeros tenían ideas revolucionarias porque les dolía ver miserias" ,  lamentó  "los pies que se les han gastado a tantas madres caminando en esta Plaza" y agradecio  "poder seguir recibiendo el afecto de quienes se  acercan cada jueves", ante el "mirar para el costado de nuestro pueblo" cuando acechaba el terror, aunque no se  olvidó el gesto de un vecino anónimo cuando el frente de su casa amaneció con un afiche amenazador.

"Llegué de la Plaza y ví pegados tres carteles que decían `aquí vive la madre de un subversivo, con los datos de mi hijo y míos. Cuando traté de sacarlo, ví que debajo había un recorte del Buenos Aires Herald, traducido al castellano que apoyaba la lucha de las Madres. Un abogado me dijo: `en el barrio hay un amigo que te apoya`".


Recorrió muchos momentos, como cuando al recordar a Néstor Kirchner señaló el lugar de la cabeza donde cada vez que la veía le besaba y lo definió como "un hombre que siendo presidente de la Nación tenía una calidez paternal".(1)

Cuando cumplió 100 años, durante una entrevista Juanita desde la más absoluta lucidez recordaba el 30 de abril de 1977, primera vez que caminó alrededor de la Pirámide de Mayo,(después de deambular por iglesias, cuarteles, comisarías, juzgados sin que nadie les respondiera sobre el paradero de sus hijos, decidiendo hacer visible su reclamo ante el Ministerio del Interior, un día sábado, con las puertas de la Casa Rosada cerrada y rodeadas de un descomunal despliegue represivo que no impidió que se repitiera  todos los jueves.  Sería un hito que repetiría durante 1.884 jueves, sin faltar uno solo.

¿Cuál es el recuerdo que conserva de Alberto?
Alberto era un motor insaciable, el día le quedaba corto. Atendía un consultorio en casa, otro lejos, tenía un temperamento muy inquieto y estaba empecinado en cambiar el mundo. Él y todos esos muchachitos estaban llenos de cualidades, por eso se los llevaron: por la claridad y la valentía de luchar por algo.

A usted no le gusta hablar del secuestro de su hijo como una tragedia individual.
Es un tipo de pacto de conformidad que tenemos con las Madres. Porque cuando hablamos de los hijos hablamos de las mismas cualidades y defectos, entonces por qué separar las cosas, si luchaban por lo mismo, si todos entregaron su vida por ese cambio que querían.

Socializar la maternidad.
Alguna vez dijo que las Madres habían tomado una determinación única en su género, que había sido socializar la maternidad.

"La sociabilización de la maternidad fue una actitud realmente valiente y épica. Cómo íbamos a hablar de uno, luchar por uno, cuando se han llevado a tantos. Hubiese sido una actitud muy egoísta.
Estuve 37 años sin parar, acompañada por estas madres que siguen aguantando, teniendo esperanzas, entregando siempre un poquito más en nombre de estos hijos queridos que nunca más volvimos a ver. Fue haber dado un paso adelante, y valió la pena, hayamos avanzado mucho o poquito".


¿Qué falta si mira hacia adelante?
Continuar en la misma forma mi actividad. Saber cómo sigue el mundo, ir conociéndolo. Y ratificar que las Madres, en cada paso que damos, en todas las actitudes y medidas, están los deseos y la presencia de nuestros hijos. Que si estuvieran acá y pudieran, dirían que “estas viejas han logrado triunfar”.

Juanita también recurre a lo que –a esta altura- es un lugar común: la lucha truncada de sus hijos las hizo nacer como Madres. Así, con mayúscula. Una vez, como casi todas las madres de los jóvenes que militaban con un Estado que asesinaba a su militancia, le preguntó casi rogándole si quería irse del país.
Alberto la miró directo a los ojos –Juanita lo recuerda muy bien-, y le respondió con otra pregunta:
-¿Y el país no es mío también?.

(Alberto, de 31 años, era médico psiquiatra y estaba casado. Fue secuestrado el 10 de noviembre de 1976 de su casa en Capital Federal. En un operativo militar, nueve hombres fuertemente armados y vestidos de civil ingresaron a su vivienda. Robaron muebles y objetos personales y al ver dos pasaportes con ingresos a Israel preguntaron si alguien allí era judío. Alberto contestó que sí. Le dieron una terrible golpiza diciendo que allí había judíos, y se lo llevaron. No se supo más nada. Tiempo después, fue visto con vida en el centro clandestino Campo de Mayo.
El operativo no fue casual. Lo tenían marcado por haber sido integrante del Área de Sanidad en la organización Montoneros, en la Columna Oeste del Gran Buenos Aires. Desde aquel día, su madre  no dejó cuartel o comisaría sin recorrer. (2)


“Nos ponemos el pañuelo y no necesitamos palabras”

En   noviembre de 2014  Horacio Embón  mantenía  una charla con Juanita  ,acerca del hecho
 ocurrido durante  la marcha convocada por las redes sociales, contra el gobierno de Cristina Fernández   (13 N ) .donde Cristina Boubee,dirigente agropecuaria y vocal titular de la Sociedad Rural de Azul .no podía dejar de sonreír mientras  pintaba , ensuciaba  y atropellaba los pañuelos  blancos ,en un lugar emblemático, una plaza que gritó en silencio junto a esas poquitas madres que en plena dictadura y no pudiendo estar paradas eran obligadas a caminar, y lo hicieron y encontraron la manera de no irse, y nunca más se fueron.
Y llegó la ronda ampliada y se fue sumando gente y hasta el día de hoy ,se cumplen las rondas y no todos comparten la misma identidad política ,pero se respeta y respetan el lugar, porque respetan la vida , y mientras algunos como esa mujer sonriente ante el agravio a un pañuelo , y ante la bronca posa para la foto al momento de mancharlo , están los otros que inmediatamente después de cada acto de este tipo, (que ya son reiterados ), van y colaboran para repararlos, porque cada cual es lo que hace ,porque cada cual opta por caminar la plaza o pisotearla.
Y Juanita sabe junto a  todas ellas eso de caminarla   y su respuesta  demuestra  una vez más   el grado de diferencia  en el ser, el sentir, el decir y el hacer...y  mucho más inteligente y sabia que cualquiera de nosotros(yo),  que se calienta  y contesta  barbaridades.

Ella simplemente  dice :

"no nos  interesa ,ya que las Madres superamos todo. eramos  “mujeres que solo cocinaban” cuando se llevaron a nuestros  seres queridos, hoy  “Nos ponemos el pañuelo y no necesitamos palabras”,  “Vale la pena seguir”.

Eso era  Juanita Meller de Pargament  ,la mayor de las Madres de Plaza de Mayo y de  diferentes organismos de derechos humanos , (con  101 años cumplidos),este 26 de febrero  se tomó un descanso ( sin que eso implique dejar de estar cada jueves  en la plaza ).
Juanita  aquella mujer  que con apenas 99 años quiso cumplir con un deber ciudadano y fue a votar.
Esa madre cuyo hijo  seguirá  buscando  siempre( porque ni la muerte podrá interrumpir la búsqueda) como tampoco , evitar el reencuentro.
GRACIAS MADRE !!!!  por el compromiso ,el ejemplo y la ternura  , creo que el mejor homenaje es escucharte  y desde ya que si, VALE LA PENA SEGUIR.
y  con vos bien cerca nuestro ...seguiremos  HLVS!!! (Claudia Meiss- 29/02/2016)
(1)Telam /2014/ (2) Infojus  Noticia /2014 / (3) Radio Nacional /2014








No hay comentarios. :