8/2/15

De Güemes a Nisman ... (palabras devaludas )

Héroe,palabra devaluada  en estos años.
.Benedetti desde su brillante poesía , habló de esto y la facilidad que tenemos para cambiarla.
Obviamente la comparación no tendrá nunca  tu nombre, tienen  poca memoria (algo   que te evita la verguenza ajena , no corriendo  con la misma suerte  a juzgar por ciertas banderas el Gral San Martín, otro  inmenso de la patria,   (palabra que también vienen devaluando)....

Hubo un lugar : Salta.
Un acontecimiento:  tu nacimiento.
Una fecha: 8 de febrero de 1785-
Un nombre:  Martín Miguel de Guemes.
Un grado : General,  lider de la Guerra Gaucha
Héroe Nacional declarado por el Congreso.

Un motivo : Único general argentino, muerto en acción de guerra (17/06/1821)en la histórica epopeya de la emancipación del continente Americano.

(Esto sucede recién el año 2oo6),  transcurridos 185 años desde su muerte ,cosa que parece no sucederá con otros a los que de manera burda ,burlando la misma historia,  pretenden colocar  muchos  que no  solo confeccionan carteles  o acompañan  a conveniencia...
Por eso se me hace imprescindible ,dar a cada palabra el significado real que tiene, HEROE es una palabra inmensa ,(quizás la historia  en años venideros logre erradamente dejar a algunos bajo un  merito que no es tal).
Es 8 de febrero, es un nuevo aniversario del nacimiento de uno de nuestros próceres más  valiosos, e injustamente  uno de los menos recordados...

Cpm/08 de febrero,2015
 


Martín Miguel de Güemes



El hombre que durante años sería la pesadilla de los ejércitos españoles con sus tácticas guerrilleras, Martín Miguel de Güemes, nació en Salta el 8 de febrero de 1785. A los catorce años ingresó en la carrera militar incorporándose al "Fijo de Infantería" que estaba acantonado en Salta. Participó en la defensa de Buenos Aires durante las Invasiones Inglesas y al producirse la Revolución de Mayo, se incorporó al ejército patriota destinado al Alto Perú y formó parte de las tropas victoriosas en Suipacha.

Desde 1814 Güemes se había puesto al frente de una partida cada vez más nutrida de gauchos guerrilleros que les hacía la vida imposible a los invasores.

El general San Martín, designado en reemplazo de Belgrano en el Ejército del Norte, recorrió la zona de combate a comienzos de aquel año y pudo comprobar las atrocidades cometidas por los españoles contra nuestra gente. Los "civilizadores" no respetaban mujeres, niños ni ancianos. Veían en los pueblos por los que pasaban el semillero de los rebeldes. Indignado por lo que vio y orgulloso de la acción de los hombres de Güemes, el "Jefe" aprobó lo actuado y le ratificó los beneficios de su táctica guerrillera.

El 3 de agosto de 1814 las tropas al mando de Güemes obligaron al jefe realista Joaquín de la Pezuela a evacuar Salta y ponerse en retirada hacia el Alto Perú. En su desesperación, los invasores fueron abandonando su parque, que fue capturado por los gauchos conocidos como "los infernales", no sólo por el color rojo de sus ponchos.

El 14 de abril de 1815 lograron madrugar al ejército enemigo y derrotarlo en el Puesto del Marqués. El saldo fue desparejo: los invasores sufrieron 120 muertos y 122 prisioneros; los nuestros, dos heridos.

El triunfo de Puesto del Marqués aumentó el prestigio de Güemes en Salta. El 6 de mayo de aquel año, el Cabildo local lo designó gobernador de la provincia. Gracias a su experiencia militar, se puso al frente de la resistencia a los realistas, organizando al pueblo de Salta y militarizando la provincia para frenar a los ejércitos del rey.

Pronto comprendió que tendría que arreglárselas solo para cumplirle al único jefe que reconocía: don José de San Martín, quien tendrá permanentes expresiones de elogio y gratitud para con Güemes y sus gauchos. Su vital tarea de contención y distracción de las tropas españolas resultó imprescindible para encarar el cruce de los Andes y desarrollar con éxito la campaña libertadora.

El ejército infernal se ponía en marcha. No había leva forzosa, todos eran voluntarios. Todo un pueblo en armas. Machetes, lanzas, azadas, boleadoras y unos pocos fusiles y carabinas eran las armas de aquel pueblo que aprendía junto a su jefe que estaban solos para enfrentar al ejército que acababa de vencer a Napoleón.

Las tácticas guerrilleras de Güemes cobraron fama mundial y han sido objeto de estudio en academias militares tan lejanas como la de Yugoslavia. La Biblioteca del Oficial del Círculo Militar argentino publicó un curioso libro titulado La guerrilla en la guerra, cuyo autor es el mayor Borivoje Radulovic del ejército yugoslavo. En uno de sus párrafos dice Radulovic: "La montoneras de Güemes hicieron una guerra sin cuartel que ha pasado a la historia como Guerra Gaucha. Cada uno de sus miembros serviría como modelo para fundir en bronce la figura del soldado irregular, del guerrillero".

El capitán español Pedro Antonio Olañeta fue comisionado por el virrey del Perú para sobornar a Güemes, quien lo paró en seco: "Yo no tengo más que gauchos honrados y valientes. No son asesinos sino de los tiranos que quieren esclavizarlos. Con éstos únicamente espero a usted, a su ejército y a cuantos mande de España. Convénzanse ustedes de que jamás lograrán seducir no a oficiales, sino ni al más infeliz gaucho. En el magnánimo corazón de estos hombres no tiene acogida el interés, ni otro premio que su libertad (...) al pueblo que quiere ser libre no hay poder humano que lo sujete". (1)

Los pedidos de ayuda de Güemes eran permanentes, pero los auxilios no llegaron nunca. La situación se volvía insostenible: las clases altas salteñas le retaceaban su apoyo por el temor de aumentar el poder de Güemes y por la desconfianza que le despertaban las partidas de gauchos armados, a los que sólo toleraban ver en su rol de peones de sus haciendas. El gobernador Güemes tomó la decisión de aplicarles empréstitos forzosos sobre sus fortunas y haciendas.

Varios de ellos habían huido a reunirse con el enemigo, y fueron ellos los que guiaron a la vanguardia española conducida por José María Valdés, apodado "el Barbarucho", un coronel salteño traidor que estaba a las órdenes del ejército español.

Las fuerzas de Barbarucho avanzaron hasta ocupar Salta con el inestimable apoyo de los terratenientes y comerciantes el 7 de junio de 1821.

Güemes se refugió en casa de su hermana Magdalena Güemes de Tejada, más conocida como "Macacha". Mientras escribía una carta escuchó disparos y decidió salir por la puerta trasera. Logró montar su caballo y emprenderla al galope, pero recibió un balazo en la espalda. Llegó gravemente herido a su campamento de Chamical con la intención de preparar la novena defensa de Salta.

Finalmente fue trasladado a la Cañada de la Horqueta donde pasó sus últimos diez días de vida. En dos ocasiones el jefe español Olañeta le envió emisarios. Le ofrecía un médico y remedios, y volvía a intentar sobornarlo. Güemes les respondió convocando a su segundo, al que le ordenó: "Coronel Vidt, ¡tome usted el mando de las tropas y marche inmediatamente a poner sitio a la ciudad y no me descanse hasta no arrojar fuera de la Patria al enemigo! " Miró al oficial español que le traía la nota de Olañeta y le dijo: "Señor oficial, está usted despachado".

El 17 de junio de 1821 los pobres de Salta y sus alrededores se quedaron sin padre. Moría Martín Miguel de Güemes, el hombre que había rechazado con sus infernales nueve invasiones españolas. Todo aquel pueblo que lo había acompañado en las buenas y en las malas concurrió en masa a su entierro en la Capilla de Chamical.

Mientras tanto, La Gaceta de Buenos Aires, muy lejos de los ideales de su fundador, Mariano Moreno, informaba feliz y desvergonzadamente a sus escasos pero influyentes lectores: "Murió el abominable Güemes al huir de la sorpresa que le hicieron los enemigos. ¡Ya tenemos un cacique menos!" (2)

Durante la Gesta encabezada por Güemes, numerosas mujeres pusieron sus habilidades al servicio de la Patria. Mujeres de inocente aspecto y temple de acero, de todos los niveles sociales, desbarataron numerosos planes realistas y contribuyeron a importantes triunfos.


Las luchadoras de  Güemes


 Unas ejercieron el arriesgado oficio de espías (por el cual si eran descubiertas podían morir fusiladas), otras fueron mensajeras, confeccionaron uniformes, impulsaron a sus hombres a la defensa reemplazándolos en las tareas, les dieron apoyo afectivo, etc. Muchas perdieron su fortuna o le fueron confiscados sus bienes, enviudaron, murieron mendigas, se sacrificaron a pesar de los peligros y fueron ejemplo de temple y fortaleza ante la adversidad.

Infinidad de nombres están escritos en el memorial de la Patria por la que lucharon: Juana Moro de López, Juana Azurduy de Padilla, Macacha Güemes, Carmen Puch, Andrea Zenarruza de Uriondo, Gertrudis Medeiros, Candelaria Pacheco de Melo, Isabel Gorriti, Juana Torino, Martina Silva de Gurruchaga, María Loreto Sánchez de Peón de Frías .
y... aquellas que por humildes quedaron en el anonimato.(tan feo e injusto este párrafo final, como olvidarnos de Guemes o cualquiera de los que murieron intentando dejarnos un mejor país)


En el final y  para homenajear a lo grande a uno de quienes más lo merece, cierro con alguien que cite en el arranque de esta entrada,  Mario Bendetti y sus palabras que no prescriben, ni se deben cambiar ....

 

Las palabras (Mario Benedetti)

 

No me gaste las palabras,

No cambie el significado,
Mire que lo que yo quiero,
Lo tengo bastante claro.



Si usted habla de progreso,
Nada mas que por hablar,
Mire que todos sabemos,
Que adelante no es atrás.



Sí esta en contra de la violencia,
Pero nos apunta bien
Si la violencia va y vuelve
No se me queje después.



Si usted pide garantías
Solo para su corral
Mire que el pueblo conoce
Lo que hay que garantizar.



No me gaste las palabras
No cambie el significado
Mire que lo que yo quiero
Lo tengo bastante claro.



Si habla de paz pero tiene
Costumbre de torturar
Mire que hay para ese vicio
Una cura radical.



Si escribe Reforma Agraria
Pero solo en el papel
Mire que si el pueblo avanza
La tierra viene con él.



Si esta entregando el país
Y habla de soberanía
Quien va a dudar que usted es
soberana porquería.



No me gaste las palabras
No cambie el  significado
Mire que lo que yo quiero
Lo tengo bastante claro.



No me ensucie las palabras
No les quite su sabor
Y límpiese bien la boca
Si dice ---REVOLUCION.


Fuente :El Historiador- (Felipe Pigna )
1. Atilio Cornejo, "Historia de Güemes", Buenos Aires, Academia Nacional de la Historia, Espasa-Calpe, 1946. 
2. Citado por José Luis Busaniche, "Historia argentina", Buenos Aires, Solar-Hachette, 1976.


2 comentarios :

hebe dijo...

LA MEJOR MANERA ES LA VERDAD, CONTRA LA VERDAD NO PODRÁN!!!!!

cpm dijo...

Si señora ,es así !!!!! un abrazo grande Hebe♥