17/4/15

Sor Juana ( aquella que charlaba con su alma )

(Yo ,la peor de todas) ,  frase que llevo siempre cerca y título de una pelúcula de Maria  Luísa Bemberg,  (1990),describe a Juana de manera perfecta..Que hermoso  haber sido "la peor", entre "esos buenos" .......


1655
San Miguel de Nepantla
Juana a los cuatro 


Anda Juana charla que te charla con el alma, que es su compañera de adentro, mientras camina por la orilla de la acequia.
Se siente de lo más feliz porque está con hipo y Juana crece cuandotiene hipo.

Se detiene y se mira la sombra, que crece con ella, y con una rama la va midiendo después de cada saltitoque le pega la barriga.
También los volcanes crecían con el hipo, antes, cuando estaban vivos, antes de que los quemara su propio fuego.
Dos de los volcanes humean todavía, pero ya no tienen hipo.

Ya no crecen. Juana tiene hipo y crece. Crece. Llorar, en cambio, encoge.
Por eso tienen tamaño de cucarachas las viejitas y las lloronas de los entierros.
 Esto no lo dicen los libros del abuelo, que Juana lee, pero ella sabe. 
Son cosas que sabe de tanto platicar con el alma. También con las nubes conversa Juana.
Para charlar con las nubes, hay que trepar a los cerros o a las ramas más altas de los árboles.
Yo soy nube. Las nubes tenemos caras y manos. Pies, no.

(Memoria del Fuego/Eduardo Galeano)

Galeano la describe como pocos , vaya un doble homenaje , a ella y a él !!!!! ♥♥




Nació en la hacienda de San Miguel Nepantla,( México),el 12 de noviembre de 1648.
Su nombre, antes de tomar el hábito, fue Juana de Asbaje y Ramírez .
( hija natural de Isabel Ramírez de Santillana y el vizcaíno Pedro Manuel de Asbaje)
 se crió con su abuelo materno Pedro Ramírez,descubrió su biblioteca  y así se aficionó a los libros.
Su genio se manifestó desde temprana edad,a los tres años ya sabía leer, a los siete pedía que la mandaran a estudiar a la Universidad y a los ocho escribió una loa para la fiesta de Corpus.
Aprendió todo cuanto era conocido en su época,leyó a los clásicos griegos y romanos, y la teología del momento.
En 1656, con la muerte de su abuelo, su madre loa  envió Sor Juana  a vivir a la casa de su hermana, María Ramírez.
Ahí  estudió latín “en veinte lecciones” , bastándole solamente esas pocas para dominar esta lengua, cosa que se demuestra en la maestría de varias de sus obras, sobre todo en los villancicos, que contienen versos latinos.
Cuenta en su "Carta respuesta a Sor Filotea de la Cruzleía",que  estudiaba mucho, y era tal su obstinación por aprender que llegó a recurrir al método autocoercitivo de cortarse el cabello para poner como plazo que le volviera a crecer, para haber aprendido ya algo que deseaba.


En 1664 Sor Juana ingresó a la corte como dama de compañía de la virreina, Leonor María Carreto, a la que dedicó algunos sonetos con el nombre de Laura. El virrey, admirado, hizo reunir a cuarenta letrados de todas facultades para someterla a un examen sin igual del cual, por supuesto, salió triunfante, dejando admirados a los sabios por haber contestado con sabiduría toda pregunta, argumento y réplica que estos le hicieran.

Quiso ir a la Universidad y en algún momento le pasó por la cabeza vestirse de hombre, harta de la vida cortesana, decidió entrar a un convento porque, según ella misma dice, “para la total negación que tenía al matrimonio era lo más decente que podía elegir en materia de la seguridad de su salvación”.
Primero entró al convento de San José de las Carmelitas Descalzas en 1667, pero salió de ahí a los tres meses, por la severidad de la regla y el rigor de la orden.
Después ingresó a la mucho más flexible orden de las jerónimas, en el convento de Santa Paula, donde por fin profesó el 24 de febrero de 1669.
En el convento, donde vivió lo que le quedaba de vida,  hizo oficios de contadora y archivista pero, más que nada, se dedicó al estudio y a la escritura. Dentro de su celda -que era individual y espaciosa- llegó a poseer más de 4,000 volúmenes, instrumentos musicales, mapas y aparatos de medición y a tener conocimientos profundos en astronomía, matemáticas, lengua, filosofía, mitología, historia, teología, música, pintura y cocina, por citar solamente algunas de sus disciplinas favoritas.

Su confesor, el jesuita Antonio Núñez de Miranda le reprochaba mucho que escribiese, “labor que creía vedada para la mujer”, lo que junto con el frecuente contacto con las más altas personalidades de la época debido a su gran fama intelectual, desencadenó las iras de éste
Se vio involucrada en una disputa teológica, a raíz de una crítica privada que realizó de un sermón del muy conocido predicador de la época António Vieira, que fue publicada por el obispo de Puebla Manuel Fernández de Santa Cruz; éste la prologó bajo el seudónimo de Sor Filotea,
recomendándole que, como mujer, “se dedicara a la vida monástica y no a la reflexión teológica, tema reservado a los varones”.
Esto provocó la reacción de la poetisa a través del escrito "Respuesta a Sor Filotea", donde hace una encendida defensa de la labor intelectual de la mujer.
Poco antes de su muerte, fue obligada por su confesor a deshacerse de su biblioteca y su colección de instrumentos musicales y científicos.
Recuérdese que en su tiempo la Santa Inquisición estaba activa.
El 17 de abril de 1695 , en una de las celdas del convento muere por una epidemia a los cuarenta y tres años.


El 14 de abril de 2015 se confirmo la noticia del hallazgo de sus restos


México, D.F. Para la rectora de la Universidad del Claustro de Sor Juana (UCSJ), Carmen Beatriz López-Portillo Romano, la investigación sobre la autenticidad de los restos de la Décima Musa está terminada "hasta que la ciencia avance y pueda desarrollar el método que disipe las mínimas dudas que prevalecen al respecto".
"La identificación de estos restos se dio con base tanto en evidencias de tipo arqueológico como en el propio estudio de todo el esqueleto, especialmente del cráneo, a través de la aplicación de técnicas de antropología forense"

El 17 de abril de 1695, murió Sor Juana. Tenía 46 años. "Para nosotros la investigación terminó, y desde mi personal punto de vista, sí son los restos de Sor Juana, tanto por los datos físicos como culturales".

López-Portillo añadió que los restos atribuidos a Sor Juana fueron descubiertos por el antropólogo físico Arturo Romano Pacheco (1921-2015), en colaboración con la doctora Teresa Jaen (1933-2014). "Él dirigió en 1974 los trabajos de excavación en la iglesia del ex Convento de San Jerónimo, hoy Universidad del Claustro de Sor Juana, los cuales concluyeron en 1981".

Recordó que en ese sitio se exploraron numerosos restos óseos de la época colonial, entre los que merecen citarse los de la Décima Musa.
Los trabajos antropológicos en el ex convento tuvieron como fin localizar y exhumar los restos de la comunidad monjil; mediante diversos estudios, los especialistas determinaron algunos factores que ocasionaron el deceso de las religiosas, y lo más importante: lograron identificar los restos de la insigne escritora novohispana.
López-Portillo abundó que los principales estudios de antropología física forense que realizó el maestro Romano fueron el análisis morfométrico del cráneo, así como el estudio de los cambios y todas las características del esqueleto que permitieron determinar la edad y sexo de los restos.

"Para realizar el análisis comparativo del cráneo, el especialista empleó una técnica de superposición a escala basándose en una pintura anónima localizada en el convento de Santa Paula y San Jerónimo en España; resultó una correspondencia en la forma y dimensiones del cráneo encontrado con la reproducción a escala del retrato plasmado en la pintura".

En cuanto al estudio integral del esqueleto, el experto corroboró, mediante estudios de antropología forense, la edad de los restos y confirmó que se trataba de una mujer con el mismo número de años de la poeta jerónima al momento de fallecer.

"No hubo otra monja en ese periodo que fuera tan notable como Sor Juana, por eso, para mí, estamos ante Sor Juana Inés de la Cruz", concluyó la académica, para luego, en conferencia de prensa, dar a conocer los detalles de la conmemoración por 320 años de la muerte de la Décima Musa.

Como parte del programa, que se desarrollará los días 16 y 17 de abril, destaca la colocación de los restos atribuidos a la Décima Musa en un sitio especial dentro del inmueble en el que ella vivió y creó su literatura.

Además, la lectura de la Oración fúnebre a Sor Juana Inés de la Cruz, que Octavio Paz escribió y leyó cuando se cumplieron 300 años de la muerte de Sor Juana; la cancelación de una estampilla postal alusiva; un recital de música virreinal, y la reinauguración de la Celda Contemporánea.

Fuentes:
www.jornada

www.mexicodesconocido


Redondillas
Sor Juana Inés de la Cruz




Hombres necios que acusáis
a la mujer, sin razón,
sin ver que sois la ocasión
de lo mismo que culpáis;

si con ansia sin igual
solicitáis su desdén,
por qué queréis que obren bien
si las incitáis al mal?

Combatís su resistencia
y luego, con gravedad,
decís que fue liviandad
lo que hizo la diligencia.

Parecer quiere el denuedo
de vuestro parecer loco,
al niño que pone el coco
y luego le tiene miedo.

Queréis, con presunción necia,
hallar a la que buscáis
para prentendida, Thais,
y en la posesión, Lucrecia.

¿Qué humor puede ser más raro
que el que, falto de consejo,
él mismo empaña el espejo
y siente que no esté claro?

Con el favor y el desdén
tenéis condición igual,
quejándoos, si os tratan mal,
burlándoos, si os quieren bien.

Opinión, ninguna gana,
pues la que más se recata,
si no os admite, es ingrata,
y si os admite, es liviana.

Siempre tan necios andáis
que, con desigual nivel,
a una culpáis por cruel
y a otra por fácil culpáis.

¿Pues como ha de estar templada
la que vuestro amor pretende?,
¿si la que es ingrata ofende,
y la que es fácil enfada?

Mas, entre el enfado y la pena
que vuestro gusto refiere,
bien haya la que no os quiere
y quejaos en hora buena.

Dan vuestras amantes penas
a sus libertades alas,
y después de hacerlas malas
las queréis hallar muy buenas.

¿Cuál mayor culpa ha tenido
en una pasión errada:
la que cae de rogada,
o el que ruega de caído?

¿O cuál es de más culpar,
aunque cualquiera mal haga;
la que peca por la paga
o el que paga por pecar?

¿Pues, para qué os espantáis
de la culpa que tenéis?
Queredlas cual las hacéis
o hacedlas cual las buscáis.

Dejad de solicitar,
y después, con más razón,
acusaréis la afición
de la que os fuere a rogar.

Bien con muchas armas fundo
que lidia vuestra arrogancia,
pues en promesa e instancia
juntáis diablo, carne y mundo.


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