Eduardo Aliverti, editorializa sobre Eduardo Aliverti-(audio y texto) del 23-02-2013)
Las palabras de un hombre dolido y que a
pesar de eso (y a diferencia de muchos), no deja de ser un
periodista integro, profesional y humanamente intachable, esto que digo
no es obsecuencia, es mirar las cosas como se deben mirar... Eduardo
Aliverti un hombre que con sus palabras dice todo, hasta cuando le toca
referirse a él mismo....en el final y como homenaje a la víctima y a tantos
laburantes que arriesgan a diario su vida intentando llegar a tiempoy como puedan a esas empresas miserables( y
se de que hablo cuando de Watchman se trata) o a su casa para ganar una hora
más de descanso , como homenaje a él ya
lo que falta desde el compromiso de cada uno y la conductaincluso de Pablo (desde la negligencia) ,pero
también desde los que se disfrazan de éticosy recurren al uso y abuso de un micrófono , un papelo una cámara para provocar más muertos que
los que provoco la tragedia mismay
sobre todo en señal de respeto a los Eduardo Aliverti que por suerte quedan, el
cierre decía va como siempre con un pedidoesta vez especial a la erapara
que siga pariendo corazones distintos a los de tantos miserables y ruinesy para que traigapaz a esas2 familias rotas, ante lo sucedido…(Claudia Meiss 23-02-2013)
Marca de Radio · Editorial del 23 de Febrero,2013
.
Pensé, pensamos, me ayudaron a pensar, los que me quieren, si debía
estar al frente del programa de hoy. Fue unánime decidir que no, porque
yo mismo, con toda la capacidad de abstracción que me atribuyo aun en
los momentos más difíciles o terribles, como fue mi enfermedad hace doce
años, no estaba seguro, no estoy, de afrontar con la atención que se
debe una audición de tres horas. Nuestro programa. Nuestra marca. Sería
artificioso no sólo cruzarnos las chanzas con Pedro, los juegos con el
top o todos esos guiños que también nos dan identidad. Sencillamente no
me da para andar hablando de macropolítica. Y si me diera, sería una
falta de respeto hacia el dolor de las víctimas. Más tarde la vida
seguirá, no sé cómo. Hoy es esto.
No puedo ni debo decir mucho más
que lo expresado en esas palabras que subí al muro de Marca, que a
continuación repito: Acá estoy, en uno de los momentos más dolorosos de
mi vida, producto de hechos que involucran a parte de mi familia y que
tomaron estado público en las últimas horas. Pablo García es mi hijo.
Sólo puedo decir que mis sentimientos y el de mi familia acompañan
principalmente a los familiares de la víctima, que se está a disposición
de la Justicia -ya actuante- en todo cuanto sea necesario para el
esclarecimiento de esta desgracia igual de desgarradora que de
irreparable y que nuestro objetivo es la estricta igualdad ante la
justicia. Sólo quiero pedir, frente a las versiones circulantes,
que todo lo relacionado con los detalles y marcha de la causa sea
vehiculizado a través de los canales correspondientes, evitando
especulaciones de otro tipo. Sólo eso. Es lo único que deseo y debo
pedir. Gracias si puede ser así.
No puedo decir mucho más que esto
porque esto es lo que sigo pensando y sintiendo. Y no debo porque está
la causa. De esas palabras que escribí el miércoles, a 48 horas de lo
sucedido, sólo corrijo que no es uno de los momentos más dolorosos de mi
vida. Es el peor. Tipeé lo que me salió después del shock, pero ahora
asumo que cuando estuve a punto de morirme era yo conmigo. Esto es yo
más la gente que debo contener y la gente que está fusilándome. Dejo
esta última oración a sabiendas de que van a cargarme que me victimizo,
cuando para empezar hay víctimas más tremendas. Pero me sale esto. Con
alguna cosa personal me tengo que descargar.
Cuando escribí eso de
que no hagan especulaciones, obviamente sabía que no tendría resultado.
Pero tampoco podía dejar de pedirlo, en nombre de lo que siempre
defendí: no se debe condenar de antemano, hay una causa en marcha,
seamos profesionales.
Voy a contar un único episodio. Perfil montó
una guardia enfrente de mi casa, con fotógrafa, en un taxi estacionado
de contramano sobre la esquina. Lo habíamos visto desde la noche del
jueves. Ayer a la mañana seguía ahí. No aguanté más. Salí de mi casa.
Salió la fotógrafa del taxi. Le dije al conductor “disculpame, no es con
vos”. El conductor me dijo “Eduardo, no puedo hacer nada, soy un
laburante”. Enfrenté a la piba, a la fotógrafa. Me saqué y le dije, dos o
tres veces, “por qué me hacés esto, hija de puta”. La piba me dijo “es
mi laburo, entendeme, trabajo en Perfil”. Yo seguía sacado. En medio de
la furia, conseguí decirle “pero ponete un límite, ponete un límite,
buscá un trabajo donde no tengas que hacer esto”. La piba me dijo
“conseguime otro trabajo y me voy”. Se subió al taxi y se fueron.
Lo
que estoy viviendo me ratificó, con creces, con impresionantes creces
aunque el adjetivo se quede corto como cualquiera que elija, la gente
que me vale la pena y la que no. Pero al margen de lo sentimental,
también me ratificó quiénes ejercen periodismo y quiénes son una basura
técnicamente hablando. Entre los primeros, mucha gente que no piensa
ideológicamente como yo. De los segundos, todos los que ya sabía. A los
primeros, gracias por la decencia profesional, por la estatura. No hablo
de la solidaridad que me transmitieron. Hablo de su categoría
periodística. A los segundos, gracias por haberme demostrado que no me
equivoco en la identificación de la carroña. Una carroña indescriptible.
¿Qué más? Tanto. Me muero por decir más. No puedo decir más. No debo
decir más. Sobre lo que pasó, quiero decir. Y sobre los que ejercieron
la crucifixión hasta que surgió otro tema, y después otro desgarro, y
después con otro.
Ojalá esto sirviera para que de una vez por todas
se abra un debate serio acerca de la ética periodística, más allá de la
suerte judicial que sufra mi hijo, de la anímica que tenga que aguantar
yo y, sobre todo, del dolor irreparable de la familia del muerto.
Podría servir, sí, para la pavada de que se discuta sobre el ejercicio
profesional. Todos somos o podemos ser víctimas de la gente que hace
periodismo de esta manera. Como no puedo ni debo decir más, dejo sólo esa reflexión con la parte fría que queda en mi cabeza. Gracias a todos. Ustedes saben por qué.
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